Hace 40 años el autismo era prácticamente desconocido por la mayoría de los médicos y psicólogos, además, lo poco que sabían no correspondía con la realidad. Por ejemplo, con frecuencia a un niño con autismo le diagnosticaban retraso mental o esquizofrenia infantil, e injustamente, se culpaba a los padres de familia como los causantes de esta discapacidad. Hoy, a la luz de los nuevos conocimientos científicos, muchos mitos han desaparecido. Los padres con hijos autistas cuentan con un valioso acervo sobre este síndrome de la niñez que se caracteriza por la perturbación sensoperceptiva, disfunciones en las habilidades comunicativas, rituales compulsivos y resistencia al cambio.