Descripción
Con Pablo Duca, desde su primer libro de poemas, nos une la escritura. Hemos llegado a respetarnos y desde ese sentimiento al amor fue cuestión de «afecto€ y consecuencia. Quien lo conoce no puede dejar de quererlo y valorar sus virtudes. Su concepción de la vida lo impulsa a entregarse a los demás, de ahí su brillante desenvolvimiento como médico. Y su manifiesta inclinación por el arte lo estimula a esta inagotable búsqueda en la escritura, la música, el teatro, su programa radial€¦ En todas estas manifestaciones se distingue, pero volvamos al motivo de este prólogo.
Confieso el placer que como lectora experimento al leer y releer cada uno de los cuentos aquí publicados. Es relevante la fluidez con que encadena las acciones, para que sus personajes tomen la dimensión de personas. Y si bien atrapan los finales imprevistos, es el desarrollo de cada cuento y su poético lenguaje los que obligan, una vez abierto el libro, a no dejar de leerlo. El sentido del humor con que solapadamente se las ingenia para reflexionar sobre la sociedad y el comportamiento humano, es su característica. Es notable la sencillez con la que trata acontecimientos complejos que invitan al lector a meditar sobre los mismos.
El relato de sus orígenes, es valiente y agradecido, dirá «De aquí provengo. Y esto es el origen de todo.€ Y desenvaina sin pedir permiso, una historia de inmigrantes que nos lleva a sondear en nuestras propias historias, siempre fundantes, siempre únicas y definitivas.
Desde sus personajes desopilantes, queribles aún en sus aspectos más oscuros, hasta las historias familiares, cargadas de emoción. Desde los espacios imaginarios a la recortada intimidad del poeta. Desde los hechos cotidianos a la huella que dejan los recuerdos, Pablo Duca construye catedrales en el aire que nos encaminan hacia nuestros propios ensueños.