Descripción
En el siglo XX sucedió una de las crisis más profundas la historia del mundo del trabajo, producto del salto tecnológico, de la automatización y de crisis económicas sociales y empresariales en todo el planeta; provocando una producción en serie flexible, desconcentrada, basada en la tecnología, generando la disminución de la clase obrera y, provocando trabajo parcial, precario, temporal y tercerizado. Los trabajadores han quedado expuestos a incertidumbres sin precedentes en el siglo XXI: desempleo, disminución de seguridad social, sindicatos fuertes políticamente, pero débiles en el ámbito laboral, incremento en los riesgos de trabajo, entre otros. Se ha exacerbado la pobreza, inseguridad y exclusión social, por lo que se puede afirmar que «el fantasma de la desigualdad€ recorre otra vez el mundo.