La característica primordial del estilo de Ernest Hemingway, ilustre representante de la literatura estadounidense, es la sencillez, fruto de una paciente y cuidadosa elaboración. Su obra fue escrita no sólo para conquistar la vida, sino también para perpetuarla. El viejo y el mar, narración con cierto simbolismo y espléndida prosa, revela a Hemingway como un autor lleno de vitalidad y de maestría estilística. Historia marinera, brillante como los colores del mar, y, al mismo tiempo, una parábola de los afanes humanos, con sus fracaso y triunfos. En Las nieves del Kilimanyaro se narran los delirios de un escritor moribundo en la estepa africana. Un avión lo rescata, pero no para reintegrarlo a la civilización, sino para llevarlo a la cima de la montaña nevada en busca de la inmortalidad blanca y radiante del Kilimanyaro, con todas las adversidades que esto trae consigo. La vida breve y feliz de Francis Macomber es la aventura del protagonista y su esposa en África, este conteniente funciona como metáfora de los temores personales y de pareja en medio de los desconocido, donde la muerte acecha cotidianamente.