El cuento, uno de los géneros literarios más exigentes pero más amplios, le permite a Fernando Soto Aparicio ir del amor apasionado a la poesía; del territorio de la memoria al presente; de la angustia a la  esperanza; de la culpabilidad a la inocencia; de la negación de Dios a su búsqueda interminable; del rostro a la máscara; de la cruda realidad al ensueño, y de nuevo, de regreso, al goce de la pasión amorosa.

El cuento, uno de los géneros literarios más exigentes pero más amplios, le permite a Fernando Soto Aparicio ir del amor apasionado a la poesía; del territorio de la memoria al presente; de la angustia a la  esperanza; de la culpabilidad a la inocencia; de la negación de Dios a su búsqueda interminable; del rostro a la máscara; de la cruda realidad al ensueño, y de nuevo, de regreso, al goce de la pasión amorosa.