Descripción
En un proceso que se inició a fines de la década del sesenta y que llevó a un cambio psíquico estructural, el niño actual se mimetiza masivamente con sus padres, se confunde con ellos y sus historias, los copia como si estuviera frente a un espejo, pero no los termina de internalizar como figuras protectoras por lo cual queda ubicado en un lugar de paridad y autosuficiencia imaginaria. Por eso los niños y jóvenes toman los consejos e indicaciones de sus padres como una afrenta que los hace reaccionar e interpretan la negativa como falta de amor.