Descripción
Nuestros hijos al nacer no son ni buenos ni malos; desconocen no sólo sus propias capacidades sino también los valores y normas que rigen la familia o la sociedad, por lo que necesitan ser orientados para comprender si sus actos son correctos o incorrectos.Siempre educamos y somos educados en función de virtudes y valores que se concretan en las conductas y las actitudes. Sin embargo, ante un contexto familiar inestable y un ámbito escolar donde los valores humanos son ambiguos o no se proponen, los niños y adolescentes no logran desarrollar una autonomía tal que les permita tomar decisiones correctas. Se encuentran desvalidos para enfrentar un mundo cada vez más complejo e inseguro y convivir en armonía.